REVISTA EDUCACIÓN SUPERIOR Y SOCIEDAD
2024, Vol.36 Nro.1, 245-261
https://doi.org/10.54674/ess.v36i1.694
e-ISSN: 26107759
Eficiencia terminal en la educación superior: Hacia un nuevo enfoque
Terminal Efficiency in Higher Education: Towards a New Approach
Markelda Montenegro 2
Virginia Torres-Lista 3
Luis Aarón Martínez 4
Virna López 5
1 y 3. Universidad Católica Santa María La Antigua, Ciudad de Panamá, Panamá.
2. Centro de Investigaciones Científicas de Ciencias Sociales, Ciudad de Panamá, Panamá.
4. Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas, San Salvador, El Salvador.
5. Universidad Nacional Autónoma de Honduras y Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, Tegucigalpa, Honduras.
RESUMEN
El estudio, es un análisis de la eficiencia terminal (ET) como indicador de calidad, que se utiliza para evaluar la trayectoria del estudiante y se determina en términos de porcentaje, tomando como referencia la proporción del número de graduados con relación al número de estudiantes que ingresaron. La pregunta de investigación gira en torno a si estamos frente a un indicador que permite evaluar la calidad de las instituciones de educación superior (IES) o de sus programas, o es un indicador de evaluación para el monitoreo y seguimiento del proceso. El objetivo es demostrar que existen muchas variables que intervienen en la ET, que no siempre son atribuibles al sistema educativo y no debe utilizarse para evaluar ni admisibilidad o un proceso final de un programa, es un punto de partida para la mejora de la eficiencia terminal que plantea la necesidad de un nuevo enfoque conforme a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
PALABRAS CLAVE: Evaluación; Indicadores Educativos; Acreditación; Graduación
Terminal Efficiency in Higher Education: Towards a New Approach
ABSTRACT
The study is an analysis of the terminal efficiency (ET) as a quality indicator, which is used to evaluate the student's trajectory and is determined in terms of percentage, taking as a reference the proportion of the number of graduates in relation to the number of students. who entered. The research question revolves around whether we are dealing with an indicator that allows evaluating the quality of higher education institutions (HEIs) or their programs or is it an evaluation indicator for monitoring and follow-up of the process. The objective is to demonstrate that there are many variables that intervene in TE, which are not always attributable to the educational system and should not be used to evaluate or admissibility or a final process of a program, it is a starting point for improving terminal efficiency. which raises the need for a new approach in accordance with the SDGs.
KEY WORDS: Evaluation; Educational Indicators; Accreditation; Graduation
Eficiência terminal no ensino superior: Rumo a uma nova abordagem
RESUMO
O estudo é uma análise da eficiência terminal (ET) como indicador de qualidade, que é utilizado para avaliar a trajetória do aluno e é determinado em termos percentuais, tomando como referência a proporção do número de concluintes em relação ao número de alunos que entraram. A questão de pesquisa gira em torno de se estamos diante de um indicador que permite avaliar a qualidade das instituições de ensino superior (IES) ou de seus programas, ou se trata-se de um indicador de avaliação para monitoramento e acompanhamento do processo. O objetivo é demonstrar que são muitas as variáveis que intervêm no TE, que nem sempre são imputáveis ao sistema educativo e não devem ser utilizadas para avaliar a admissibilidade ou um processo final de um programa, é um ponto de partida para melhorar a eficiência terminal. o que levanta a necessidade de uma nova abordagem de acordo com os ODS.
PALAVRAS-CHAVE: Avaliação; Indicadores Educacionais; Acreditação; Graduação
Efficacité terminale dans l'enseignement supérieur : vers une nouvelle approche
RÉSUMÉ
L'étude est une analyse de l'efficacité terminale (ET) en tant qu'indicateur de qualité, qui sert à évaluer la trajectoire de l'étudiant et est déterminée en termes de pourcentage, en prenant comme référence la proportion du nombre de diplômés par rapport au nombre de étudiants qui sont entrés. La question de recherche tourne autour de savoir si nous avons affaire à un indicateur permettant d'évaluer la qualité des établissements d'enseignement supérieur (EES) ou de leurs programmes, ou s'agit-il d'un indicateur d'évaluation pour le contrôle et le suivi du processus. L'objectif est de démontrer qu'il existe de nombreuses variables qui interviennent en TE, qui ne sont pas toujours imputables au système éducatif et ne doivent pas être utilisées pour évaluer ni l'admissibilité ni un processus final d'un programme, c'est un point de départ pour améliorer l'efficacité terminale., ce qui soulève la nécessité d'une nouvelle approche conforme aux ODD.
MOTS CLÉS : Évaluation ; Indicateurs pédagogiques ; Accréditation ; L'obtention du diplôme
1. INTRODUCCIÓN
La eficiencia se define como la capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos (RAE, s.f.), un término ampliamente utilizado en empresas e instituciones referente a la productividad. Según Guevara y otros autores (2008), “La eficiencia es un concepto de naturaleza cualitativa … existe ambigüedad del concepto, se utiliza como una métrica cuantitativa, aplicada a las ciencias formales y por otra parte se explica que es de naturaleza cualitativa, como las ciencias factuales” (p. 3).
En educación se hace uso del concepto eficiencia terminal (ET) para referirse al número y/o porcentaje de estudiantes que han conseguido egresar con regularidad en el tiempo curricular establecido, es decir, estudiantes que ingresaron en una cohorte y obtuvieron los créditos totales que estipula el plan de estudios (Martínez-González et al., 2018). Se utiliza como uno de muchos indicadores de eficiencia educativa y se evalúa considerando que es una medida concluyente de la capacidad de las Instituciones de Educación Superior (IES) para administrar los recursos que la sociedad les provee para formar los ciudadanos altamente calificados requeridos para su desarrollo.
Para nosotros, como se plantea en este trabajo, la eficiencia terminal es un indicador que debe ser visto bajo otra mirada cuantitativa, donde los porcentajes numéricos obtenidos en la evaluación no son indicativos si las IES tienen la capacidad de ser administradores eficientes de los recursos para la formación de calidad de sus estudiantes, en los tiempos establecidos por los programas ; bajo nuestro concepto, los resultados de ET, no deben dar pie a confundirse con calidad educativa, el punto central de este tema, es reiterar que estamos frente a un indicador que no debe utilizarse para evaluar ni admisibilidad, ni es para evaluar un proceso final de un programa, sino como punto de partida para la mejora o el fortalecimiento de la eficiencia terminal contemplado en el Plan de Mejora para lograr los resultados entre los que ingresan y egresan del sistema educativo.
El concepto de la eficiencia terminal, como indicador bien se trate de medir eficiencia educativa o como indicador para mejora de los programas según el Plan de Mejora, debe reflexionarse a la luz del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4, que pretende “no dejar a nadie atrás” en el sentido que es un parámetro que facilita evaluar la mejora continua de los programas que garanticen lo relacionado al acceso y a la calidad de la educación. En la descripción del ODS 4, “la educación permite la movilidad socioeconómica ascendente, y es clave para salir de la pobreza” (Naciones Unidas [NU], s.f.). Tal como se refleja en el documento “Pensar más allá de los límites: perspectivas sobre los futuros de la educación superior hasta 2050”, las bajas tasas de eficiencia terminal o tasas de finalización reportadas en la región también reflejan disparidades duraderas. Los estudiantes de grupos tradicionalmente subrepresentados tienen tasas de eficiencia terminal más bajas, lo cual implica para ellos menos oportunidades en el mercado laboral. Es indispensable lograr un acceso más equitativo a las oportunidades de educación superior para aliviar desigualdades y problemas sociales conexos (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe [UNESCO IESALC], 2021).
Con este artículo traemos al debate, más allá de los problemas propios de la educación superior o las muchas buenas prácticas que podemos identificar en IES en nuestra región, la necesidad de analizar la variable de eficiencia terminal de los programas con miras a un nuevo enfoque que pueda ser utilizado por las agencias acreditadoras de calidad. El objetivo es demostrar que existen muchas variables que intervienen en la ET, que no siempre son atribuibles al sistema educativo y que a su vez la ET es un indicador importante que ayuda en los procesos de evaluación de las IES, pero no es un parámetro de calidad educativa en sí misma.
2. DISCUSIÓN TEÓRICA
La eficiencia terminal, no es un indicador para evaluar la calidad de programa o calidad educativa, este indicador no debe utilizarse para evaluar ni admisibilidad, ni es para evaluar un proceso final de un programa, lo que establece es un punto de inicio, es un parámetro para después evaluar que ha hecho el programa en su Plan de Mejora para fortalecer o mejorar la eficiencia terminal, no se trata de porcentajes buenos o malos, no es para ver calidad educativa.
Toda evaluación, incluida el indicador de eficiencia terminal en las instituciones de educación superior, deben enfocar sus esfuerzos en la mejora continua de sus programas, con miras a garantizar el desarrollo de todas las potencialidades y habilidades de aprendizajes significativos y pertinentes para sus estudiantes y reciban el apoyo a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje, que les asegure alcanzar los niveles de excelencia que la sociedad está demandando, para que todos puedan culminar de manera exitosa los programas educativos en los tiempos previstos, indistintamente si se trata de universidades públicas o privadas.
Compartimos la posición de algunos estudiosos del tema, en relación con la importancia de un análisis de la eficiencia de la educación superior, incluyendo la ET. Por un lado, se debe garantizar la educación de calidad que dé respuestas a las necesidades reales de nuestra sociedad en cuanto a los profesionales que estamos formando, para que los programas respondan a contenidos pertinentes, innovadores, inclusivos, multiculturales, con valores humanistas y equidad de género, que estén un paso adelante en las instituciones de educación superior. Por otro lado, la eficiencia debe permitir, en palabras de Saha (1991), “evaluar la contribución de las universidades al desarrollo nacional con respecto a criterios que no sean sólo la relación costo-beneficio, las tasas de rendimiento o el aumento de la productividad, todos los cuales consideran a la educación como una forma de inversión en capital humano” (p.273). Por otra parte, al evaluar la ET, permite estudiar otros factores intervinientes como: abandono, rezago por reprobación, regularidad, alumnos activos, monografías de grado, entre otras (Román-Gálvez et al., 2023).
2.1. ¿Cómo se mide la eficiencia terminal?
Según López Suárez et al. (2008), “existe un criterio para evaluar la ET en la educación terciaria del nivel 5 en la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación …”, en el cual:
la OCDE propone un índice de sobrevivencia (Survival rate), que en el nivel terciario se define como la proporción de alumnos de nuevo ingreso que completan con éxito un programa dado y se calcula dividiendo el número de estudiantes que se gradúan entre los que ingresaron n años antes, siendo n los años de estudio a tiempo completo necesarios para acabar el programa. (p. 137)
2.2. ¿Cuáles son las variables que afectan la ET?
Existen dos variables fundamentales que se utiliza para medir la ET en la educación superior, cuánto se gasta y qué resultados se obtienen, es decir, una medida para evaluar la productividad. Como hemos anotado en líneas anteriores, no se puede medir el nivel de cumplimiento de ET, si no incorporamos otras variables como deserción, rezago, flexibilidad curricular, la movilidad estudiantil, programas de recuperación y apoyos económicos a estudiantes vulnerables, que influyen en la eficiencia terminal. En años recientes se incrementan las investigaciones para dilucidar esta realidad, indicando que existen variables “que mantienen una correlación altamente positiva en la eficiencia terminal de un curso de formación…muestran que la edad, el rol y los cursos tomados previamente son variables de alto impacto” (García Leal et al., 2021, p. 102). Por su parte, Gallardo León, et al., (2019) se refieren a otras variables como la reprobación, la tutoría, los docentes y las unidades de aprendizaje.
Siendo que, la ET es utilizada como indicador de calidad de los programas, consideramos que para evaluarla se deben contemplar las cinco dimensiones de la calidad educativa establecidas por la UNESCO (Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la UNESCO [IIEP-UNESCO], s.f.) a saber: características del aprendiz, contexto, insumos capacitadores, enseñanza y aprendizaje y resultados. Claramente algunas de estas dimensiones son responsabilidad de la institución educativa, pero otras son inherentes a los jóvenes o a sus contextos.
Es evidente que hay subjetividades al medir el desempeño en el tiempo de las IES, a través de la ET, y se pueden debatir distintas propuestas teóricas, más allá de las predominantes que siguen un enfoque economicista como un indicador del funcionamiento y rendimiento de las instituciones, es decir, se cuantifica la relación egresados vs primer ingreso, un concepto que no vincula ni explica las diferentes variables, factores externos y otros aspectos institucionales del proceso de formación, donde convergen no solo el nivel de cumplimiento de políticas institucionales en la IES, sino lo relacionado con el proceso académico, temas socioeconómicos y personales que inciden en los resultados. Todos estos aspectos son indicativos de la urgencia de una revisión conceptual que nos permita un nuevo enfoque que se adecué más a la realidad de la IES para evaluar la ET.
2.3. ¿Cuáles son las rutas que siguen los programas para mejorar la ET?
La ET es un tema abordado en distintos estudios. Un ejemplo es el realizado por Corona y Castro (2016) al Programa Nacional de Tutoría de México, que busca entre otros aspectos, mejorar la tasa de eficiencia terminal. El estudio señala que:
Son variados los factores que afectan en alguna medida el rezago educativo, factores ligados al clima educativo dentro del hogar, a problemas socioeconómicos, a dificultades de ingreso dentro del hogar, a la organización familiar, clima escolar, factores académicos y factores normativos. Dentro de los factores normativos asociados al rezago escolar se han destacado la seriación de materias, el número de oportunidades en que puede aprobar una materia, los plazos reglamentarios para concluir los estudios, el realizar correctamente la inscripción de la materia, el promedio anterior que le indicara el número de créditos permitidos para cursar, entre otras. (p.2)
El informe “Pensar más allá de los límites: perspectivas sobre los futuros de la educación superior hasta 2050”, (UNESCO IESALC, 2021) se señala que, en muchos países
en lugar de que la ES se financie progresivamente con fondos públicos y, por tanto, sea gratuita para los estudiantes, la tendencia predominante ha sido aumentar las tasas de matrícula y otros costos indirectos. Esto supone una importante carga financiera para los estudiantes, que afecta tanto al acceso como la finalización de los estudios, sobre todo para los estudiantes de bajos ingresos que, en algunos casos, tienen que contraer elevadas deudas y hacer fuertes reembolsos al graduarse. (p.18)
Se deduce que la dificultad de financiamiento de la ES tiene un impacto en la eficiencia terminal, ampliando el argumento sobre la complejidad del tema y la necesidad de un abordaje desde varias perspectivas.
A partir del documento también se puede argumentar que la búsqueda de solución a las bajas ET es una obligación de las IES, ya que:
En las sociedades desiguales, el mérito o la capacidad, como han demostrado muchos países, tiende a operar como desigualdad encubierta. Si los sistemas educativos no son capaces de compensar las disparidades, o peor aún, contribuyen a reproducirlas o amplificarlas, quienes acceden a la ES pertenecen a los grupos más privilegiados de la sociedad. (p.28)
Una compensación de las disparidades que originan una baja eficiencia terminal en algunos estudiantes, en especial pertenecientes a grupos tradicionalmente desfavorecidos, contribuiría a hacer más equitativo el acceso, la permanencia y el egreso de la educación superior.
2.4. ¿Cuál es la relación que existe entre la ET y la calidad de los programas?
Un aspecto importante discutido en las reuniones de la UNESCO, se refiere al hecho de que las cualidades que se le exigen a la educación también están afectadas por factores dinámicos y cambiantes, tales como los aspectos políticos e ideológicos, el sentido que se le da a la educación misma en un momento histórico dado y en la sociedad de ese momento, la variación en las concepciones relacionadas con el desarrollo humano, con los paradigmas de enseñanza y aprendizaje e incluso por los valores predominantes en una determinada cultura. En consecuencia, la calidad de la educación “también varía en diferentes períodos, de una sociedad a otra y de unos grupos o individuos a otros” (Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO [OREALC/UNESCO], 2007).
En este orden de ideas, tanto la calidad de la educación, como el indicador de ET en la educación superior, son impactados por factores, ideológicos, políticos, sociales, económicos, culturales que están fuera del control de las IES, por lo que se necesita con prontitud abordar estos temas abiertos a nuevas posibilidades y enfoques que nos permitan avanzar, sin estar prisioneros de evaluaciones y parámetros de medición que no pueden evidenciar la realidad del proceso educativo en su complejidad y sus factores que no son estáticos, como no lo es la realidad social en cada cultura.
Adicionalmente, el análisis de la educación de calidad desde un enfoque de derechos humanos, que busca sentar bases sólidas para la educación superior del futuro, no puede ni debe divorciarse de las cinco dimensiones adoptadas por los ministros de educación de América Latina y el Caribe, en la Declaración de la II reunión intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe celebrada en Buenos Aires en el 2000. Estas dimensiones deben atender criterios como la relevancia, pertinencia, equidad, eficacia y eficiencia, de manera indivisible, por cuanto, la ausencia de alguna da una idea equivocada del concepto, que debe orientar al sistema educativo en sus metas.
La importancia de la ET en el aseguramiento de la calidad se evidencia con la inclusión de este indicador en las guías de evaluación de todas las agencias de acreditación de la región centroamericana. Sin embargo, se identifica también falta de claridad en la definición de este concepto, el cual implícitamente hace referencia a una estimación cuantitativa. En este sentido, compartimos lo expresado por Cuellar y Bolívar (2006) en cuanto a las dificultades del uso y forma de medir la ET, quienes plantean la hipótesis de que:
estas se derivan de que no se ha definido con claridad qué, realmente, se trata de medir con ella; o, en otras palabras, que no es claro el estatuto teórico del término. Eficiencia Terminal ¿es un concepto sustantivo (o, como algunos han dicho, “un parámetro” del proceso educativo) o más bien un indicador?; y si es un indicador, ¿de qué lo es? (p.8)
Como hemos anotado en líneas anteriores, no se puede medir el nivel de cumplimiento de ET, si no incorporamos otras variables en el análisis, como son las cinco dimensiones de las variables de educación de calidad de la UNESCO. Es importante ver más allá de la medición cuantitativa de la ET, como manifiesta Sánchez Nájera:
No se puede decir que si una institución tiene una alta eficiencia terminal tiene calidad, ni tampoco se puede asegurar que si una institución tiene baja eficiencia terminal entonces su calidad es baja. Es importante que las instituciones de educación tomen conciencia de que la calidad no solamente son aspectos cuantitativos, si no que lleva muchos aspectos cualitativos difíciles de medir a simple vista pero que, en conjunto, permiten lograr una mejor enseñanza, unos mejores planes y programas, una mejor vinculación con las empresas y, sobre todo, un involucramiento de los alumnos hacia la investigación. (Sánchez, 2011, pp. 216-217)
2.5. ¿Qué importancia se le da a la ET en los informes de la UNESCO?
Uno de los problemas conceptuales y de método de medición de la ET en las IES, consiste en que, el cálculo en sí mismo no permite determinar el tiempo que se tardó cada estudiante, o el grupo en promedio, para obtener su título. A pesar de que este cálculo en términos generales se basa en tomar el número de graduados en un año determinado y dividirlo entre n, que se entiende es la cantidad de estudiantes que ingresaron años atrás, según la duración regular del programa, que puede variar según las profesiones, el nivel y las IES.
En todos los casos la ET se mide a partir de datos agrupados, no se dispone de bases de datos en que los registros sean individualizados y, en consecuencia, no es posible controlar variables que afectan determinantemente el cálculo de la ET, de allí la necesidad de cambiar el concepto teórico como se ha venido planteando.
Actualmente no se toma en cuenta, que los estudiantes pueden ingresar al mismo tiempo, denominados cohorte, pero no todos matriculan la misma cantidad de materias, es una decisión personal de cada estudiante establecer la cantidad de clases y el tiempo en que quiere terminar su carrera. Esta flexibilidad académica, incide en los cálculos de ET, que toma en cuenta el tiempo que dura la terminación del programa. Cuando se habla de cohorte…
se refiere al conjunto de estudiantes que tienen en común haber iniciado los estudios superiores por primera vez en un mismo año y semestre académico, cumplen con las mismas medidas de selección y cursan el mismo plan de estudios, se siguen en el tiempo hasta que presentan el evento en estudio (graduación) o hasta la fecha de culminación del estudio o se retiran por algún motivo. (Vanegas-Pissa & Sáncrez-Hugalde, 2018, p.5)
Otro aspecto que se debe considerar son los nuevos factores que se consideran también indicadores de calidad, pero que a su vez alteran la ET, entre ellos, la globalización, la internacionalización y el fomento de la Cooperación Internacional entre las IES, el aumento de la movilidad, estancias académicas y de investigación. Con estas nuevas posibilidades para los estudiantes, ocurre que inician en una universidad y concluyen sus estudios en otras; o bien que interrumpen sus estudios para hacer estancias profesionales o de investigación con lo cual prolongan su trayectoria. Estas oportunidades propician la transferencia de conocimientos y fortalecen el nivel de excelencia de las y los futuros profesionales, aun cuando afectan el indicador de ET.
Bajo estos parámetros de la ET, solo pueden hacerse una evaluación de estimaciones, por lo que somos del criterio de que en el concepto y método de calcular la ET, deben contemplar factores intervinientes, entre ellos la repitencia, la deserción, los aspectos personales, sociales, económicos, cambios curriculares, crecimiento de matrícula, movilidad estudiantil, que son determinantes para que los y las estudiantes que ingresan culminen satisfactoriamente los programas académicos.
Dicho lo anterior, la ET, más que un indicador de calidad puramente se convierte en un instrumento importante para una evaluación de seguimiento académico, que permite hacer ajustes y mejoras en las IES, en las ofertas de programas, procesos administrativos, calidad docente, incentivos académicos, entre otros. Cada institución preocupada por la calidad de su quehacer debe indagar no solo su ET, sino lo que está detrás de ella, ya sea que cuantitativamente tenga un promedio aceptable o no, puesto que como hemos dicho anteriormente este indicador no necesariamente tendrá una relación directa con el nivel de calidad.
3. METODOLOGÍA
Este análisis es producto de una metodología basada en el análisis cualitativo-documental, que permitió una interpretación subjetiva de los fenómenos sociales a través del estudio de los datos de las ET. Se realizó la sistematización de datos y los análisis de las distintas investigaciones de ET en la educación superior, lo relacionado a las trayectorias escolares basadas en las historias académicas para determinar si incluyen otras variables de ET. Con esta información secundaria, específicamente literatura relacionada en el concepto de eficiencia terminal, principalmente de la UNESCO, bajo una mirada crítica al indicador de Tasa de ET, partimos de un nuevo enfoque que reconoce el impacto de otras variables como las individualidades, las institucionales, sociales y políticas en el sistema educativo, que rompa paradigmas tradicionales bajo la orientación economicista. También se realizó una triangulación entre la información que manejan diversas agencias de acreditación de las IES en relación con el indicador de ET.
4. RESULTADOS
Lo que establece la eficiencia terminal, es un punto de inicio para evaluar otros aspectos, es un indicador importante de progreso, porque establece un parámetro para después evaluar que ha hecho el programa en su Plan de Mejora para optimizar su ET, el porcentaje no es significativo para evaluar la calidad de un programa.
Es necesario una nueva mirada al indicador de eficiencia terminal para fortalecer la educación del futuro, llamar la atención a las IES que este indicador no se debe confundir como un indicador de calidad educativa, lo que se trata es de un indicador que arroja un dato simplemente como de cotejo, a partir de los porcentajes obtenidos se genera lo que vas a evaluar. Una autoevaluación de cuál es tu propuesta como Plan de Mejora, para impactar en esa ET, eso es lo que tu evalúas, el proceso de impacto, el seguimiento a tu propio dato para fortalecer o mejorar esa ET.
La educación es una prioridad en todas las sociedades y sus esfuerzos están encaminados a lograr una educación de calidad. Para ello, se requiere reconocer y enfrentar los factores intervinientes que gravitan en esta concepción, tema que fue debatido durante la II Reunión Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (EPT/PRELAC) de 2007, con base en el documento, “Educación de Calidad para todos. Un asunto de derechos humanos”.
En la conceptualización y enfoques de la eficiencia terminal podemos encontrar distintos vínculos y connotaciones, sin embargo, cada una responde a métodos diversos para lograr un indicador de la calidad en las IES, pero estas diferenciaciones no significan que incorpora otras variables.
Medir la ET en los programas, en función de datos anuales de ingreso y egreso, sin tomar en cuenta las individualidades de los estudiantes y otros paradigmas presentes en el sistema educativo, como los ya mencionados, (internos y externos, la flexibilidad curricular, movilidad estudiantil, diversidad en las modalidades de las carreras, el rezago, la deserción, programas de recuperación educativo y apoyo económico a estudiantes vulnerables, entre otros), permitirán adoptar un nuevo enfoque de la eficiencia terminal en la educación superior más cercana a realidad y con menos sesgo.
En este sentido, existe un riesgo al mantener los mismos enfoques y conceptualización de la ET, al no incluir las variables que intervienen en maximizar el logro de las IES, deja espacios para mayores sesgos y subjetividades. Es por esto por lo que se requiere una evaluación como lectura correcta de la ET dentro del proceso educativo que permita la mejora continua y que dé muestras de una verdadera educación de calidad para el futuro.
5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Medir la eficiencia terminal en las instituciones de educación superior, es fundamental; pero no de la forma como históricamente se viene adoptando. El indicador cuantitativo, es un punto de partida que establece una línea base, para luego medir cualitativa y cuantitativamente los planes de mejora institucional y su impacto en la mejora de la ET. Pero esta mejora no puede ser aislada ni en deterioro de los niveles de exigencia de los programas educativos. No hay eficiencia terminal buena, ni mala y el indicador no debe ser un parámetro para evaluar ni admisibilidad, ni para evaluar un proceso final de un programa.
Las IES, deben traer al debate nacional e internacional el tema de la eficiencia terminal de la educación superior, que propicie abandonar concepciones tradicionales en la forma en que se calcula la eficiencia terminal, es decir, una medición que se determina en función de la inversión en educación y sus resultados (egresados o titulados en el tiempo ideal) y no se incluyen otras variables como aspecto importante dentro de las políticas educativas para la modernización del sistema educativo.
Adoptar un nuevo enfoque conceptual cualitativo para la evaluación de la ET, para incorporar en el análisis las dimensiones de calidad en la educación de la UNESCO y sus variables intervinientes al momento de evaluar la ET en las IES, además de la dimensión de eficiencia que responda a una IES del futuro. Un enfoque integral en la evaluación de la ET permitirá identificar los factores que inciden en las bajas tasas observadas en la región, permitiendo un diagnóstico y propuestas de solución pertinentes para cada contexto.
Establecer un instrumento conforme la realidad socioeconómica de cada país, como parte de la base de datos de las IES, para que en los registros sean individualizados y puedan determinar las distintas variables que afectan determinantemente el cálculo de la ET, se hagan los ajustes y adopten las medidas en el proceso educativo, tomando en cuenta, además, algunos indicadores que pueden ser distintos, si se trata que son IES públicas o privadas, con el fin de garantizar el cumplimiento de indicadores representativos de la calidad de las instituciones, los cuales quedan expresados en sistemas nacionales, externos de evaluación y acreditación de la calidad (González, A., 2023).
Lo anterior son aspectos claves que deben contemplar todo plan de mejora institucional de las IES. Por lo que se hace necesario diseñar un sistema que oportunamente identifique y alerte de los factores de riesgos de éxitos en el proceso de formación de los estudiantes en la IES, para intervenir, y hacer los cambios que se requieran y lograr la mejora continua de la ET sin sacrificar la calidad educativa.
Diseñar un sistema que oportunamente identifique y alerte los factores de riesgos de éxitos en el proceso de formación de los estudiantes en la IES, es necesario para intervenir, y hacer los cambios que se requieran y lograr la mejora continua de la ET sin comprometer la calidad educativa.
Como afirma el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México (INNE), el indicador Tasa de ET,
ha sido interpretada como la proporción de alumnos que termina sus estudios en tiempo normativo o ideal establecido. Sin embargo, este indicador no toma en cuenta la aprobación, reprobación o deserción que se presenta a lo largo de la trayectoria escolar, así que no es posible asegurar que los alumnos egresados de un ciclo escolar provengan exactamente de los alumnos de nuevo ingreso inscritos determinado número de ciclos escolares. (INEE, 2017, p.1)
Es necesario incorporar en la medición de la ET, otras variables como las individualidades, las institucionales, sociales y políticas en el sistema educativo, así como el indicador de la tasa de alumnos con rezagados y los regulares, para identificar aquellos que tienen un año más de la edad (extra-edad) y grupos vulnerables, que pueden presentar mayores posibilidad de rezago y que el sistema debe tener la capacidad de mantenerlos, utilizando otros programas y herramientas educativas para las y los alumnos, como becas, mentorías o grupo de pares para reforzar el proceso de aprendizaje y culminen en los tiempos previstos sus carreras en las IES, mejorando la ET.
AGRADECIMIENTOS
Universidad Católica Santa María La Antigua (USMA), Sistema Nacional de Investigación (SNI), Agencia de Acreditación de Postgrados de Centroamérica (ACAP).
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Cómo citar (APA):
Herrera, L.C., Montenegro, M., Torres-Lista, V., Martínez, L., López, V. (2024). Eficiencia terminal en la educación superior: Hacia un nuevo enfoque. Revista Educación Superior y Sociedad, 36(1), 245-261. DOI:10.54674/ess.v36i1.694