REVISTA EDUCACIÓN SUPERIOR Y SOCIEDAD
2021, VOL. 33 Nº 2, 402-421
https://doi.org/10.54674/ess.v33i2.360
e-ISSN: 26107759
De los efectos de la pandemia COVID -19 sobre la deserción universitaria: desgaste docente y bienestar psicológico estudiantil
María Paula Seminara* @
* Universidad Nacional de San Juan, Argentina
Resumen: El aislamiento ocasionado a raíz de la pandemia COVID-19 provocó una serie de medidas de emergencia en la Educación Superior que, posiblemente, repercutirán en la permanencia universitaria. Se trata de aspectos que pueden enmarcarse dentro de la preocupación por la calidad y equidad, que vienen debatiéndose dentro de las agendas gubernamentales. El presente artículo se propone mostrar las principales dificultades y posibles ventajas, para estudiantes y docentes, surgidas a raíz de la necesidad de continuar el cursado en modalidad virtual. Dentro de los factores indagados asociados a la permanencia se enfatiza en el bienestar psicológico y el desgaste docente. Para ello, se aplicó una encuesta semidirigida sobre ambos grupos pertenecientes a la carrera de Bioingeniería de la Universidad Nacional de San Juan. A los resultados obtenidos se les realizó tanto un análisis cuantitativo descriptivo de frecuencias, así como una categorización de las respuestas obtenidas de preguntas abiertas. El fin último es discutir las posibles repercusiones ocasionadas a raíz de esta contingencia sobre los aspectos ya mencionados en ambos grupos.
Palabras Clave: Deserción Universitaria; Bienestar Estudiantil, Desgaste Docente; Expectativas; Covid-19.
About the effects of Covid-19 pandemic on university dropout: teachers burnout and student psychological well-being
Abstract:
The
isolation resulted of COVID-19 pandemic caused a series of emergency measures
in Higher Education that, possibly, will have repercussions on university
permanence. These are aspects that can be framed within the concern for quality
and equity, which have been the subject of debate on government agendas. This
article aims to show the main difficulties and possible advantages, for students
and teachers, arising from the need to continue teaching in virtual mode. Among
the investigated factors associated with permanence, emphasis is placed on
psychological well-being and teacher burnout. For
this, a semi-directed survey was applied on both groups, belonging to the Bioengineering Career of the
National University of San Juan. A descriptive quantitative analysis of
frequencies was performed on the results obtained, as well as a categorization
of the answers obtained from open questions. The ultimate goal is to discuss
the possible repercussions resulted of this contingency on the aspects already
mentioned in both groups.
Keywords: University Dropout; Students Well-Being; Teacher Burnout; Expectations; Covid-19.
Dos efeitos da pandemia de Covid -19 na desistência no ensino superior: esgotamento do professor e bem-estar psicológico do estudante
Resumo: O isolamento
provocado pela pandemia de COVID-19, ocasionou
uma série de medidas emergenciais no Ensino Superior que, possivelmente,
repercutirão em aspectos relacionados à permanência universitária. São aspectos
que podem ser enquadrados na preocupação com a qualidade e a equidade, que têm
sido objeto de debate nas agendas governamentais. Este artigo visa mostrar as
principais dificuldades e possíveis vantagens, para alunos e professores,
decorrentes da necessidade de continuidade do ensino na modalidade virtual.
Dentre os fatores associados à permanência, destacam-se o bem-estar psicológico
e o esgotamento docente. Para isso, foi aplicada uma pesquisa semidirigida nos
dois grupos, pertencentes à formação de
Bioengenharia da Universidade Nacional de San Juan. Uma análise descritiva
quantitativa de frequências dos resultados obtidos foi realizada, bem como uma
categorização das respostas obtidas nas questões abertas. O objetivo final é
discutir as possíveis repercussões ocasionadas da contingência sobre os
aspectos já mencionados nos dois grupos.
Palavras-chave: Desistência no Ensino Superior; Bem-estar do Estudante; Esgotamento do Professor; Expectativas; Covid19.
Des effets de la pandémie de Covid-19 sur l'abandon des étudiants à l’université: épuisement professionnel des enseignants et bien-être psychologique des étudiants
Résumé: L'isolement
causé par la pandémie de COVID-19 a provoqué une série de mesures d'urgence
dans l'enseignement supérieur qui, éventuellement, auront des répercussions sur
les aspects liés à la permanence universitaire. Ce sont des aspects qui peuvent
s'inscrire dans le souci de qualité et d'équité, qui ont fait l'objet de débats
sur les agendas gouvernementaux. Cet article vise à montrer les principales
difficultés et les possibles avantages, pour les étudiants et les enseignants,
découlant de la nécessité de poursuivre le cours en mode virtuel. Parmi les
facteurs étudiés associés à la permanence, l'accent est mis sur le bien-être
psychologique et l'épuisement professionnel des enseignants. Pour cela, une
enquête semi-dirigée a été appliquée sur les deux groupes, appartenant à la formation en Bio-ingénierie de
l'Université nationale de San Juan. Une analyse quantitative descriptive des
fréquences a été réalisée sur les résultats obtenus, ainsi qu'une
catégorisation des réponses obtenues aux questions ouvertes. Le but ultime est
de discuter les éventuelles répercussions causées par cette contingence sur les
aspects déjà mentionnés au sein des deux groupes.
Mots clés: Abandon des Étudiants à l’Université; Bien-être des Étudiants; Épuisement Professionnel des Enseignants; Attentes; Covid19.
1. INTRODUCCIÓN
Las estimaciones de UNESCO IESALC (2020) muestran que el cierre temporal de las Instituciones de Educación Superior afectó, aproximadamente, a unos 23,4 millones de estudiantes de Educación Superior y a 1,4 millones de docentes en América Latina y el Caribe para fin de marzo de 2020, quienes han cesado de concurrir a los establecimientos y han debido adaptarse a la modalidad virtual de clases, con consecuencias aún no definidas. Dentro de la afirmación sobre repercusiones indeseadas, Pedró (2020) indica tres razones principales que la justifican. La primera, guarda relación con que la tramitación adoptada asume que tanto estudiantes como docentes disponen del equipamiento y de la conectividad requeridas, mientras que, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en América Latina sólo el 52% de los hogares cuenta con equipamiento tecnológico y conectividad de banda ancha. La segunda razón es que, aunque la Educación Superior a distancia parece haberse desplegado en los últimos años, la oferta parecería concentrarse en pocas universidades y, en particular, en nivel de posgrado. La última razón, se asocia a las habilidades y saberes de docentes y estudiantes en materia de educación a distancia. Asimismo, el ingreso abrupto en esta modalidad, que involucra múltiples opciones técnico-pedagógicas, podría implicar dificultades tales como desconcierto, cansancio y frustración ya que se trata de una adaptación a una opción educativa nunca antes experimentada. En el caso de los estudiantes de grado, existen datos que sugieren que cuentan con niveles significativamente más bajos de competencia de autorregulación y disciplina, imprescindibles para el éxito de un programa a distancia (UNESCO IESALC, 2020). Asimismo, se observa que los instrumentos y técnicas de evaluación, así como la tecnología necesaria para aplicarlos, no están adaptados al contexto de enseñanza virtual.
Podría pensarse entonces, entre otras, que todas las dificultades antes mencionadas podrían impactar sobre la posibilidad de permanencia, así como en el bienestar psicológico de estudiantes y docentes y en el desgaste de estos últimos. Así, si bien el impacto de los cambios acontecidos está aún por evaluar, una vez más, se pone de manifiesto que la permanencia depende de una serie de factores que exceden la voluntad del estudiante y abre el debate por la equidad. Más aún, como resultado de la coyuntura, en mayo de 2020, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Universia Banco Santander llevaron a cabo el Diálogo Virtual con Rectores de Universidades Líderes de América Latina con el objetivo de discutir los retos y desafíos en las universidades de la región ante el surgimiento de la pandemia (Vicentini, 2020). Ya previamente la III Conferencia Regional de Educación Superior que tuvo lugar en la Universidad Nacional de Córdoba, reafirmó que la educación es un deber de los Estados y rechazó toda concepción de educación como mercancía. En este sentido, instó a los Estados latinoamericanos y del Caribe a realizar acuerdos y propuestas con el compromiso de la región por un mundo más justo, equitativo, igualitario y sustentable.
Este escrito pretende identificar algunas de las principales dificultades ocasionadas por el pasaje forzado y repentino hacia la modalidad virtual y su posible impacto en la deserción estudiantil, enfatizando en dos factores: bienestar psicológico estudiantil y desgaste docente. También propone reconocer algunas posibles ventajas. Con tal fin, se expone un análisis cuali-cuantitativo de las respuestas recogidas en base a una encuesta semidirigida aplicada durante el aislamiento sobre estudiantes y docentes de la carrera de Bioingeniería de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). La primera parte del artículo, contextualiza resumidamente algunas de las posibles consecuencias de la emergencia de la educación a distancia implementada y presenta el sustento teórico sobre el que se apoya el análisis. Luego, se presentan los resultados de la encuesta administrada sobre docentes y estudiantes. A continuación, se exhiben las conclusiones más relevantes.
Marco teórico.
De los efectos de la Covid 19 sobre la permanencia, el bienestar psicológico y el desgaste docente
Es sabido que ya antes de la pandemia, la ampliación del acceso en la región se ve mitigada por altas tasas de abandono, desgranamiento, demora y bajas tasas de graduación, así como un rendimiento abiertamente diferencial para los diversos grupos socioeconómicos. En este escenario, la centralidad de las políticas de Educación Superior con su énfasis en la democratización asociada a la equidad e inclusión, manifestaban, sin desconocer los avances alcanzados, limitaciones importantes (Del Valle et al., 2016; Donoso et al., 2013).
Pese a múltiples intentos por mitigar las desigualdades, las cifras de deserción universitaria preocupaban a los Estados alrededor de todo el mundo. En España, Estados Unidos y Austria, la tasa de deserción universitaria ronda entre el 30 y 50%. Por su parte, en América Latina, aproximadamente la mitad de la población de 25-29 años de edad que comenzaron la Educación Superior en algún momento no finalizaron sus estudios, sea porque aún están estudiando o porque desertaron (Ferreyra et al., 2017). En Argentina, las universidades públicas presentan tasas de deserción en ascenso, graduándose alrededor del 23% de los alumnos que ingresan. Rosso et al., (2017) señalan, que el problema de la retención y graduación es aún más notable en el caso de las ingenierías.
En este sentido, Donoso y Schiefelbein (2007), observan que la deserción es un proceso etápico en el que se conjugan distintos factores que conformar un “círculo no virtuoso”. Subrayan que mientras el fracaso estudiantil sea tratado como responsabilidad absoluta del estudiante, repite un esquema de exclusión bajo un conjunto de supuestos asociados a habilidades meritocráticas, en su mayoría estrechamente asociadas a la disponibilidad de un nivel de capital social, cultural, económico y educacional previo.
En la Facultad de Ingeniería y la carrera de Bioingeniería en particular, el índice de deserción alcanza un porcentaje de 25,36% y la demora es igual a 8,45 años (Seminara, 2021). Este último dato concuerda con los datos relevados por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación de 2017, que informa que los alumnos tardan, en promedio, 8 años en finalizar una carrera de grado.
Tanto la demora como la deserción tienen condicionantes psicosociales asociados (Aparicio, 2008, 2009; Aparicio y Seminara, 2018). Entre dichos condicionantes puede contarse el bienestar psicológico. Este puede considerarse como el resultado de una evaluación valorativa por parte del sujeto con respecto a cómo ha vivido y está viviendo y comprende seis dimensiones: autoaceptación, autonomía, dominio del entorno, propósito en la vida, crecimiento personal, relaciones positivas (Ryff & Keyes, 1995). Cada una de éstas, indica los desafíos que enfrentan los individuos en sus intentos por funcionar plenamente y desarrollar sus potencialidades. Teniendo en cuenta estos aspectos señalados por Ryff, se observa que es en la adolescencia cuando el sujeto debe atravesar transformaciones con relación a sí mismo y al entorno. Para algunos autores está relacionado con el logro de los universitarios, ya que es un indicador positivo de la relación del sujeto con el medio, que incluye aspectos valorativos y afectivos (Correa Reyes et al., 2017; Carranza Esteban et al., 2017).
Por otra parte, como uno de los correlatos de la deserción puede encontrarse el desgaste docente. Los orígenes del concepto de desgaste o Burnout se remontan a Freudenberg (1974; 1975 citado en Diaz Bambula & Gómez, 2016) que define el agotamiento como falla debida a demandas excesivas de energía, fuerza o recursos. Fuster-Guillén et al.,(2019) exponen que el desgaste puede concebirse como una respuesta al estrés crónico que tiene tres componentes: a) agotamiento emocional y/o físico, b) baja productividad laboral, y c) una excesiva despersonalización. Chávez Orozco (2016) hace referencia a que el síndrome parece suceder de forma más común, entre los trabajadores cuya labor se realiza en relación directa con la gente, como consecuencia de altos niveles de tensión en el trabajo, frustración personal e inadecuadas actitudes de enfrentamiento a las situaciones conflictivas. Gil Monte (2005 citado en Fuster-Guillen et al., 2019) justifica la necesidad de prevenir y afrontar el síndrome de desgaste por el trabajo ya que esto mejoraría la calidad de servicio que la organización ofrece.
De este modo, el escrito considera que discutir las posibles repercusiones ocasionadas a raíz de esta contingencia sanitaria y los cambios ocasionados sobre la Educación Superior, permitiría, a posteriori, diseñar algunos modos de anticiparse y mitigar algunas de las consecuencias indeseadas que podrían, a su vez, afectar la permanencia estudiantil y desempeño docente.
2. METODOLOGÍA
La aproximación metodológica fue mixta, cuanti- cualitativa y se utilizó un diseño de tipo descriptivo y transversal. Se trata de un estudio descriptivo de tipo diagnóstico, basado en un diseño no experimental (Pontes Pedrajas y Peyato López, 2016; Roldán y Fachelli, 2017; Torres et al., 2019).
Para la recolección de los datos se emplearon técnicas interrogativas (encuesta). La muestra estuvo compuesta por 115 estudiantes universitarios y 18 docentes de la carrera de Bioingeniería de la UNSJ. Cabe aclarar que los estudiantes han sido parte de la muestra con la que se trabajó para una investigación doctoral más amplia sobre condicionantes psicosociales de la demora y deserción universitaria, ampliamente trabajados por la Dra. Miriam Aparicio. A estos mismos estudiantes se les solicitó que participarán en esta encuesta durante el aislamiento y se añadió otra encuesta para docentes con preguntas similares, de las cuales se han reportado solo algunas para este estudio.
Luego de la recolección, en primer lugar, se realizó un análisis cuantitativo de frecuencias y porcentajes correspondientes a las diversas categorías de ideas recogidas en la investigación. En segundo lugar, se intentó un acercamiento al conocimiento de las ideas del alumnado mediante técnicas de análisis cualitativo. En este último sentido, las respuestas a las preguntas abiertas fueron categorizadas en dimensiones sobre las cuales se debaten posibles implicancias para la permanencia estudiantil. Se añadieron también algunas opiniones textualmente.
Asimismo, se incluyeron dos preguntas asociativas en las cuales los estudiantes podían mencionar hasta cuatro factores que asociaban con el bienestar y con el abandono. Los factores asociados se registraron y englobaron, para cada respuesta, en 4 categorías más amplias. De estas respuestas se exhiben las frecuencias asociadas con factores englobados en cada categoría, así como el detalle de los condicionantes mencionados con mayor frecuencia dentro de cada una de ellas. Para ello, primero se registró la cantidad las palabras asociadas. Luego, se redujeron al conjunto de palabras con frecuencia superior a tres (Campo, 2000). A continuación, se homogenizaron y sustituyeron las palabras que tienen significados equivalentes, por un lema (unidad léxica), cuya raíz es equivalente al conjunto de palabras seleccionadas (Bécue-Bertaut, 2009 citado en Romero Pérez et al., 2018; Abascal & Franco, 2002 citado en Terrazas, 2016).
En este sentido, se señala que la lexicometría es una herramienta que puede utilizarse para redefinir expresiones conceptuales desde el punto de vista de su representación colectiva, así como para identificar categorías o unidades temáticas derivadas de la extracción automática de patrones de conocimiento oculto en datos de naturaleza textual. El análisis de datos textuales "se caracteriza por ser un proceso secuencial donde el investigador reflexiona sobre los datos, los categoriza y los relaciona con el propósito de identificar las categorías centrales que aportan información emergente a la comprensión de un problema particular" (Barreto, et al., 2011, p. 12). Su aplicación puede permitir la identificación de tendencias o preferencias léxicas emergentes de un corpus, a través de la cuantificación de la ocurrencia de las palabras más significativas (Páramo, 2010 citado en Romero Pérez et al., 2018; Vázquez-Cano et al., 2015).
3. RESULTADOS
Parte A: Estudiantes
Primeramente, se solicitó a los estudiantes que consideraran qué aspectos o factores asociaban con el bienestar psicológico durante el aislamiento, pudiendo expresar hasta 4 factores libremente. Descartando algunas repeticiones y que algunos alumnos expresaron menos de 4 factores, se obtuvieron 469 respuestas. De estas, 100 (21,31%) respondían a factores que pueden englobarse dentro de la Dimensión Material. Al respecto, los factores más frecuentes de esta categoría fueron: alimentación (13%); infraestructura/contar con un espacio adecuado para concentrarse (10%); tener más recursos y herramientas (20%) y Tener dinero (8%). La segunda categoría, en orden ascendente de frecuencias, fue la Dimensión Cognitiva del bienestar psicológico (22,61%). Dentro de esta, la organización (10,29%), el acceso a la información (15%) y la disponibilidad de tiempo (22,43%), fueron los dos aspectos más frecuentemente mencionados. La tercera fue la Dimensión Institucional, en la cual se obtuvieron 107 (22,81%) respuestas o factores asociados al bienestar. Dentro de esta categoría, los factores más frecuentes fueron profesores modernos/capacitados (11,21%) y tener clases de consulta y mesas para rendir (10,21%). La cuarta categoría, que obtuvo la mayor parte de asociaciones con el bienestar por parte de los estudiantes, fue la Dimensión Emocional con 156 respuestas (33,27%), teniendo como factores incluidos más frecuentes la compañía de sus pares (12,18%) y el apoyo de los docentes (9,60%).Cabe destacar que también los estudiantes mencionaron que el bienestar estaba asociado a temas como la seguridad, la salud y la higiene, que son factores surgidos a raíz de la época de confinamiento y parecen ser representaciones generadas a partir de esta etapa de cambios.
A continuación, se les preguntó si creían que la universidad había cuidado de esos factores durante el aislamiento. El 62,61% consideró que sí, mientras que el restante 37, 39% señaló que no.
Luego, se les pidió que expresaran 4 factores que asocien al abandono. Nuevamente, descartando algunas repeticiones y que algunos alumnos expresaron menos de 4 factores, se obtuvieron 506 palabras que se englobaron en 4 categorías, las mismas que en la pregunta precedente. En este sentido, la categoría Dimensión Institucional englobó 94 palabras o factores, entre las cuales la mayor frecuencia fue para el factor de mal rendimiento /reprobar (18%), seguido del factor que los alumnos mencionaron como desigualdad y exclusión (12%). La segunda categoría, en orden de frecuencia ascendente, fue la Dimensión Emocional/Vincular con 97 palabras o factores, entre los cuales los tres más frecuentes fue la incertidumbre/inseguridad (15%), el tener problemas relacionales (19) y el estrés/ansiedad (12%). La tercera, fue la Dimensión Material aglutinando 101 respuestas, entre las cuales las dos más frecuentes fueron el dinero (39%) y el trabajo (31%). Por último, la categoría con mayor frecuencia de palabras asociadas fue la Dimensión Cognitiva con 214 respuestas. Entre estas, las asociaciones más frecuentes se refirieron a la escasez de tiempo (18%), la decepción (24%) y la desmotivación (27%).
Una cuarta pregunta, abordaba los aspectos que resultaron ventajosos para los estudiantes durante el aislamiento. En este sentido las principales ventajas mencionadas fueron 6: 1) flexibilidad horaria, pudiendo tener un mejor manejo del tiempo debido a la organización individual y por la flexibilidad de los docentes que modificaban entregas de tareas prácticas o fechas de parciales según conveniencia de los alumnos; 2) posibilidad de recurrir varias veces al material de estudio, contando con las clases grabadas en la plataforma que utilizan los docentes de la carrera; 3) infraestructura, pudiendo cursar en la comodidad del hogar; 4) ausencia de otras distracciones al no tener salidas ni actividades de esparcimiento; 5) distancia o posibilidad de no concurrir a la institución, para quienes viven lejos de la institución y deben disponer de tiempo extra para trasladarse; 6) aspecto emocional, ya que muchos expresaron que resultó positivo pasar más tiempo en familia.
La quinta pregunta se abocó a observar si los estudiantes habían modificado sus expectativas respecto de la carrera. En este sentido, el 70,37% manifestó que no habían percibido cambios en sus expectativas ni valoraciones, mientras que el 29,63% dijo que sí. De este último porcentaje, algunos estudiantes mencionaron que valoraron aún más la labor docente como indispensable, mientras que otros observaron dificultades en la comunicación entre distintos docentes de la misma o distintas cátedras, así como otros dudaron de la elección vocacional que habían efectuado.
Con un fin similar, respecto a la sexta pregunta, el 39,29% de los estudiantes dijo que su mirada sobre la universidad no se había modificado, mientras un 60,71% si lo hizo. Entre estos últimos, algunos consideraron que el poder cursar una carrera universitaria les parecía un privilegio a raíz de haber observado algunas diferencias socioeconómicas. Otros consideraron que las dificultades observadas, los motivaba a seguir. Un último grupo, percibió dificultades en los docentes que los decepcionaba.
Por último, una séptima pregunta aludía a si habían implementado nuevas estrategias de aprendizaje. El 27,27% manifestó no haber encontrado nuevas formas de estudio ni habilidades, mientras que un 72,73% encontró ventajas en este sentido. Por ejemplo, destacaron haber aprendido nuevas herramientas informáticas; el uso de plataformas educativas y a mejorar su modo de comunicación. Algunos también percibieron un desarrollo de sus habilidades en organización y manejo del tiempo de estudio, así como la habilidad para realizar resúmenes y otras estrategias de apoyo no tradicionales, que, según manifestaron, compensó en cierta medida la desventaja de no poder estudiar en grupo.
Parte B: Docentes
En relación al bienestar percibido durante el aislamiento, el 42,9% expresó que los vínculos humanos les resultaban bastante importantes, facilitándoles en afrontar las adversidades, mientras un 57,1% los consideró indispensables.
La segunda pregunta refirió a si estimaban que el bienestar vivenciado en la institución por docentes y alumnos de la carrera influía en la deserción. Al respecto, el 100% confirmó dicha relación.
Respecto a si consideraban que la emergencia sanitaria influiría en las tasas de abandono, el 47,1% consideró que se sostendrán mientras que el 52,9% consideró que aumentarán. Ninguno de los docentes opinó que la virtualidad podría mejorar este problema.
En relación a si se sintieron capacitados para trabajar a distancia con los alumnos durante el aislamiento, el 52,9% dijo haber estado bastante preparado, mientras que un 23,5% se sintió poco preparado, un 11,8% muy preparado, y el restante 11,8% nada preparado. En este sentido, se les preguntó si habían asistido a cursos de capacitación en educación a distancia y manejo de herramientas relacionadas. Un 83,33% ya habían asistido a capacitaciones antes de la pandemia y, esos mismos docentes, duplicaron o triplicaron su capacitación durante el aislamiento. El 88,2% dijo que estaría dispuesto a formarse para el uso de nuevas plataformas, mientras el restante 11,8% dijo que tal vez.
También se les preguntó si consideraban que la educación a distancia sobre la presencial facilitaba o empeoraba el aprendizaje. El 54,14% señaló que ambas modalidades son complementarias, mientras que el 35,71% que lo facilita y el resto de los participantes prefirió no contestar la pregunta.
Relativo a la pregunta anterior, se indagó si preferían la educación presencial o a distancia. Un 50% dijo que prefería la educación presencial por el vínculo que se establece con los alumnos y la posibilidad de resolver consultas. Enfatizaron en que las asignaturas con gran cantidad de alumnos suelen requerir mayor presencialidad y que, justamente, suelen coincidir con los primeros años de la carrera donde el alumno aún no tiene conocimiento pleno sobre sus docentes, compañeros ni sobre cómo conducirse en relación a la vida universitaria o al ritmo de estudio. Por otro lado, un 33,33% señaló que sería bueno complementar ambas modalidades porque también observaron ventajas durante la virtualidad en el trato y rendimiento de los alumnos. Por último, un 11,11% dijo que prefería la educación a distancia por la economización de tiempos, dinero y la posibilidad de usar nuevas herramientas, así como formatos interactivos.
En relación a cuáles fueron las dificultades o debilidades más importantes que observaron para continuar el dictado de clases, los docentes mencionaron: la falta de preparación y conectividad; las dificultades de adaptación del material para el dictado de las asignaturas y la falta de tiempo. También señalaron la ausencia de métodos de evaluación para la modalidad de cursado a distancia.
Sobre si se habían sentido más o menos desgastados con esta modalidad, el 90% expresó haberse sentido más desgastado por la incertidumbre general experimentada, así como por tener que combinar la vida familiar con el dictado a distancia y por la necesidad de adecuar el material de trabajo.
Por último, en relación a si sus expectativas para con sus alumnos habían aumentado o disminuido. El 10% dijo que habían aumentado, un 10% que habían disminuido y el restante 80% que sus expectativas se habían mantenido.
En relación con lo anteriormente expuesto, se les preguntó si observaban desmotivación en sus alumnos. El 80% dijo que no percibían desmotivación, pero sí, desorientación a raíz de la situación, así como falta de recursos y múltiples dificultades para la permanencia. Incluso, algunos manifestaron haber descubierto en ellos un mejor rendimiento y gran compromiso. Señalaron que se deberían mejorar tanto las condiciones materiales disponibles para el dictado de las clases, así como la capacitación sobre las plataformas y recursos disponibles para la educación a distancia. El 20% restante expresó que, si los encontraba desmotivados, principalmente debido a la ausencia de instancias disponibles para rendir y a la imposibilidad de planificar.
4. DISCUSIÒN Y CONCLUSIONES
Tal como se expuso en la introducción, la situación de aislamiento obligatorio ha evidenciado, especialmente en América Latina, grandes desigualdades entre estudiantes y un proceso acumulativo de dificultades, que muchas veces requieren ser compensadas por la labor docente generando desgaste en estos últimos. Como se señaló, las fallas en el sistema, así como el desgaste docente no son emergentes de esta etapa, pero si parecen haberse acrecentado con el aislamiento. Quizás podría hipotetizarse que evidenciaron la postergación en la puesta a punto de una modalidad que ya se mostraba necesaria de alguna manera.
Si bien el impacto de los cambios acontecidos está aún por evaluar, una vez más, se manifiesta que la permanencia depende de una serie de factores que exceden la voluntad del estudiante y abre el debate por la equidad.
Así, teniendo como marco que la búsqueda del crecimiento y la equidad de la población comprenden a la Educación Superior de manera necesaria, este escrito exhibió los resultados de dos encuestas administradas a estudiantes y docentes de la Carrera de Bioingeniería de la UNSJ.
En cuanto a la encuesta administrada a los estudiantes, se elaboraron cuatro dimensiones en las cuales se enmarcaron los factores que asociaron al bienestar psicológico durante el aislamiento. La mayor parte de los factores que mencionaron se agruparon en la Dimensión Emocional (33,37% de las respuestas), siendo la compañía de pares y el apoyo de docentes los dos factores predominantemente asociados. La segunda categoría con mayor cantidad de factores mencionados fue la Dimensión Cognitiva, observándose obstáculos para el bienestar tal como la falta de tiempo, información y organización. La tercera categoría fue la Dimensión Institucional, donde enmarcaron la necesidad de tener consultas e instancias de examen, así como la debilidad observada respecto a la formación de los docentes para la modalidad virtual. En este sentido, cabe destacar que los docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ son de los más preparados para esta modalidad y se cuenta con una plataforma con gran cantidad de recursos, listos hace varios años, con lo cual es posible hipotetizar que el cursado puede haber presentado aún mayores dificultades en otras facultades y/o universidades. La última categoría, aglutinó factores referidos a la Dimensión Material, pudiendo identificar carencias entre las que se incluyen las referidas a los recursos necesarios para la modalidad virtual. En este punto se subraya que la Facultad de Ingeniería dispuso el otorgamiento de un subsidio para ciento ochenta alumnos que requerían ayuda económica para solventar gastos de conectividad a internet, a fin de acceder al dictado de clases virtuales en las distintas carreras de grado que se dictan en la Facultad. Se subrayó que los estudiantes mencionaron que el bienestar estaba asociado a temas como la seguridad, la salud y la higiene, que son factores surgidos a raíz de la época de confinamiento y parecen ser representaciones generadas a partir de esta etapa de cambios.
En relación al abandono, se elaboraron las mismas categorías siendo la Dimensión Cognitiva la que mayor cantidad de palabras aglutinó, refiriéndose a factores vinculados a la deserción tales como la escasez de tiempo, desmotivación y decepción. La Dimensión Emocional agrupó factores potenciados durante el aislamiento tales como el estrés, ansiedad, los problemas relacionales y el experimentar incertidumbre e inseguridad. La Dimensión Institucional vinculó el abandono al mal rendimiento, la desigualdad y exclusión. Por último, la Dimensión Material rescató como obstáculos principales, la falta de dinero y el tener que trabajar.
El hecho de que para ambos factores se asociaron variables similares, puede implicar, a primera vista, que existe algún tipo de vinculación entre el bienestar psicológico y la posibilidad de permanencia.
A continuación, se describieron las principales dificultades enfrentadas por los alumnos, las cuales apoyaron las asociaciones antes presentadas. Sin embargo, también se observó que los estudiantes habían encontrado ventajas tales como la posibilidad de volver a recurrir al material de estudio, contando con las clases grabadas en la plataforma que utilizan los docentes de la carrera y la flexibilidad horaria. También expresaron haber desarrollado nuevas habilidades y estrategias de estudio. Asimismo, el 70,37% manifestó no haber percibido cambios en sus expectativas respecto a la carrera y la universidad, mientras que de los estudiantes que sí observaron diferencias, algunos manifestaron haber valorado aún más la labor docente como indispensable, mientras otros percibieron dificultades en la comunicación entre docentes, pero, aun así, expresaron haber valorado el cursado de una carrera universitaria como privilegio.
En relación a la encuesta para docentes, se señaló que más del 50% de los participantes consideró los vínculos humanos como indispensables para el bienestar, mientras que el restante porcentaje los valoró como muy importantes. La totalidad de los docentes afirmaron que el bienestar influye en el abandono. En esta línea, respecto a si consideraban que la emergencia sanitaria influiría en las tasas de abandono, más del 50% consideró que aumentarán.
En relación a si se sintieron capacitados para trabajar a distancia con los alumnos durante el aislamiento, más del 50% consideró haber estado bastante preparado. En este sentido, más del 80% ya había asistido a capacitaciones antes de la pandemia y, esos mismos docentes, duplicaron o triplicaron su capacitación durante el aislamiento. Casi el 90% dijo que estaría dispuesto a formarse para el uso de nuevas plataformas.
Más del 50% señaló que la modalidad virtual debería complementarse con la presencial y más del 30% que facilita el aprendizaje. En relación a cuál modalidad prefería, si bien el 50% dijo que la presencial, aclararon que la razón de sus preferencias se debía a que se necesitaba mayor capacitación para la modalidad virtual y que esta preferencia podía variar según de qué asignatura se tratara.
Existen dos consideraciones necesarias para culminar esta reflexión inicial. La primera es que no sería correcto establecer una relación directa entre el desgaste expresado por los docentes en esta etapa, las dificultades manifestadas por los alumnos y la modalidad virtual. Si bien los resultados muestran que la modalidad se vincula a estas dificultades, es factible que en las opiniones recabadas envuelvan también las percepciones propias de un periodo signado por el aislamiento social y el riesgo vinculado a la salud, imposibles de aislar y enmarcar como causadas de manera exclusiva por la virtualidad. También, es necesario subrayar que todo cambio tiende a provocar cierto rechazo inicial, más aún tratándose de una transformación sucedida de manera abrupta y sin planificación. La segunda es que también se han observado beneficios, expresando el 35% de los alumnos encuestados que esta nueva modalidad les otorgó la posibilidad de trabajar y planificar los tiempos de estudios y cursado con mayor autonomía. En concordancia con ello, algunos docentes subrayaron que, hasta la fecha, la cantidad de alumnos que continuaban el cursado era mayor que en otros años, aunque no se sabe qué sucederá cuando se reestablezcan las instancias de evaluación presencial, en las cuales muchos alumnos tienden a ausentarse.
Queda pendiente para futuras investigaciones, medir de manera precisa si las tasas de abandono efectivamente han experimentado cierta disminución. Esto, tal vez, permitiría pensar en un sistema mixto de cursado, al menos en algunas asignaturas, si es que ello se confirma como un facilitador para la permanencia de aquellos alumnos que ingresan a la universidad, experimentando la incompatibilidad de tener que trabajar con el doble cursado que es característico en la carrera. Asimismo, y nuevamente en caso de confirmarse, permitiría fructificar los esfuerzos realizados por docentes y autoridades durante el aislamiento.
REFERENCIAS
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